domingo, 27 de junio de 2010

“Ser radical no es fácil, pero vale la pena serlo”. A 44 años de una frustrada esperanza…..

Arturo Illia
“Al pueblo de la República”,
28 de junio de 1966*

Un gobierno que ha afianzado la paz en la República, liberado la economía con profundo sentido nacional, que ha sacado a la nación del estancamiento, recobrando su prestigio en el mundo y que ha hecho que el pueblo recupere su fe en las instituciones y en su destino, se ve en este instante perturbado por el estado de rebelión en que se ha colocado el comandante en jefe de Ejército, respondiendo a intereses que no son de la nación, sino de las minorías que anhelan destruir las instituciones democráticas e implantar un régimen contrario a nuestras tradiciones; en mi calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, consciente de mi responsabilidad ante el país, he dispuesto el relevo de su cargo del general (Pascual Ángel) Pistarini, lo que ha sido comunicado a las Fuerzas Armadas, con el fin de que se defienda el orden constitucional.


*Discurso pronunciado a las doce y media de la noche. En la madrugada el Presidente fue desalojado de la Casa de Gobierno, desplazado por el golpe de Estado encabezado por Juan Carlos Onganía


El principio del fin…..

Como siempre, alguien alentó ese golpe y sí puedo afirmar, que una revolución se intuía como inminente en la Argentina y la población la aguardaba como un hecho inevitable.
El 1º de mayo de 1966 las sesiones del Congreso se inauguraron con el quórum indispensable para que la sesión pudiera llevarse a cabo. La suerte del gobierno ya estaba echada
El 26 de mayo de 1966, el General Perón desde Madrid expresaba, que habría un golpe militar entre junio y agosto y el Doctor Arturo Frondizi pronosticaba a la prensa extranjera, el 23 de junio del mismo año, que se realizaría una “revolución nacional”.
El 29 de Mayo de 1966, Día del Ejército Argentino, el Comandante en Jefe, General Pascual Pistarini, pronunció un discurso que constituyó un inventario de cargos contra el gobierno, atribuyéndole falta de iniciativa e ineficacia.
Se lo acusaba fundamentalmente de no lograr cambiar la situación nacional que estaba signada entre otros, por los siguientes difíciles problemas:
- Desunión Política y proliferación de partidos.
- Problemas económicos (Déficit presupuestario; desequilibrio en la balanza de pagos; arbitraria distribución de la renta nacional; etc.).
- Lentitud e inoperancia de la justicia.
- Lentitud e inoperancia del Congreso.
- Caducidad de la infraestructura y falta de obras públicas.
- Problemas particulares de los Ferrocarriles con su enorme déficit.
- La Universidad Argentina constituida en una sucursal de los comités políticos e invadidos por los extremismos.
El General Pistarini no fue sancionado por su discurso, el malestar de los cuadros era latente y seguía acentuándose, hasta que el 27 de junio ordena el relevo del General Caro (oficialista) y desconoce al Secretario de Guerra, General Eduardo Rómulo Castro Sánchez. El Presidente Illia releva al General Pistarini y éste como respuesta exige la renuncia del Primer Mandatario.
Acuartela las tropas y el 28 de junio el General Julio Alsogaray y el Coronel Perlinger expulsarán al Presidente Illia de la Casa de Gobierno.
Corresponde en mi opinión expresar, que se cometió un grave error al derrocar al Presidente Illia es un día que trae un triste recuerdo, que avergonzó años después a sus impulsores.
Durante el gobierno de Illia las libertades y derechos constitucionales tuvieron plena vigencia. El Producto Bruto Interno había crecido más de 25 por ciento, con una deuda externa que se había reducido en 1.800 millones de dólares del total de 7.500 millones
Illia era radical, y sus enemigos hicieron todo lo posible para desprestigiarlo. No le perdonaban haber cumplido una promesa electoral: dejar sin efecto unos contratos comerciales con laboratorios norteamericanos que eran perjudiciales para el país.Así llegó la autodenominada Revolución Argentina. Los partidos políticos fueron disueltos, sus bienes confiscados. Juan Carlos Onganía, un general comandante en jefe de Ejército que traicionó su juramento de respeto a la Constitución, fue el primer presidente.
Uno de los golpistas que sacó a Illia de su despacho, al que había entrado una compañía de gases de la Policía, el coronel Perlinger, recibió del Presidente que se iba una advertencia: "Algún día sus hijos le reprocharán lo que hace ahora". Años después, esta previsión se cumplió, y Perlinger cargó hasta su muerte con esa culpa.

Liliana Louzau



Fuentes

Viviani, Miguel, Argentina. "Relaciones civiles-militares en los países de América. Escenarios de encuentros y desencuentros en las sociedades de la República Argentina." Capítulo I "El derrocamiento del Presidente Illia.
Luna, Félix los gobiernos radicales Desde el primer gobierno de Yrigoyen hasta Alfonsín (1916-1983)
Claves del Bicentenario, El pensamiento del radicalismo. (2010) Editorial El Ateneo






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